“No hay plazo que no se cumpla”. Sin darnos cuenta pasaron los meses y ya se avecina el fin de semestre. Pronto vienen los últimos controles, las pruebas finales, los exámenes, en fin, una serie de obligaciones para los niños.
Ya se acumuló bastante cansancio, tanto en los hijos como en los padres, pero aún queda tiempo para mejorar las calificaciones.
La psicopedagoga Paula Pastor señala que no tiene sentido presionar a los niños o sobreexigirles si durante el año no se estimularon suficientemente sus hábitos de estudio ni los contenidos. “No existen las soluciones mágicas ni rápidas. La clave está en observar constantemente a los niños para detectar a tiempo alguna dificultad y prevenir el fracaso escolar”.
Al respecto, la psicóloga Astrid Martin -directora de la Asociación de Psicólogos Infantojuveniles- indica que los padres deben tener presente que algunos niños son más organizados con sus deberes escolares y otros requieren de más apoyo. Y en forma permanente durante todo el año escolar. Porque intentar hacer en un mes todo lo que no se hizo en un año podría estresar aún más al menor, dice la profesional.
Agrega que en esta etapa lo más conveniente es que los padres apoyen al niño lo más posible en sus tareas, supervisándolo e interesándose en sus tareas y estudio.
Y, en caso de no contar con tiempo durante el día o los fines de semana, sugiere contratar a un profesor particular o un psicopedagogo para que lo asista. "Además de resolver la dificultad, los ayudará a disminuir la ansiedad propia de fin de semestre", sentencia.
Recomendaciones
Pese a que ambas profesionales consideran que las “soluciones parche” no son una ayuda real, la psicopedagoga recomienda:
- Motivar al niño a estudiar fomentándole la voluntad para salir adelante y superarse
- Propiciar un ambiente adecuado para el estudio -con silencio, espacio y luz, entre otras comodidades-, que sea respetado por el resto de la familia.
- Exigir un descanso nocturno adecuado y suficiente.
- Procurar que el menor tenga mientras estudia, pequeños espacios de relajación, a modo de recreo.
- Ayudarlo a organizar su tiempo, considerando espacio para otras actividades.
Apoyarlo en la planificación de su estudio, tomando en cuenta cuáles son las mayores dificultades que presenta en algunas asignaturas y dedicarle mayor tiempo a éstas.
- Ayudarlo a relajarse y a no ponerse más nervioso, señalándole que en caso que no le vaya bien, tendrá una nueva oportunidad, que el próximo año puede tomar más en cuenta los contenidos que le resultan difíciles o resolver las dudas que se presentaron este año.
-
- Es importante también, considerar que es el momento para comunicarse directamente con los profesores, para consultar dudas acerca del desempeño del niño y las dificultades que se han presentado.
Finalmente, explica la psicopedagoga, es importante que los padres consideren que su afecto, disponibilidad y tolerancia serán de suma importancia para que el niño sienta que puede contar con sus padres.
Ya se acumuló bastante cansancio, tanto en los hijos como en los padres, pero aún queda tiempo para mejorar las calificaciones.
La psicopedagoga Paula Pastor señala que no tiene sentido presionar a los niños o sobreexigirles si durante el año no se estimularon suficientemente sus hábitos de estudio ni los contenidos. “No existen las soluciones mágicas ni rápidas. La clave está en observar constantemente a los niños para detectar a tiempo alguna dificultad y prevenir el fracaso escolar”.
Al respecto, la psicóloga Astrid Martin -directora de la Asociación de Psicólogos Infantojuveniles- indica que los padres deben tener presente que algunos niños son más organizados con sus deberes escolares y otros requieren de más apoyo. Y en forma permanente durante todo el año escolar. Porque intentar hacer en un mes todo lo que no se hizo en un año podría estresar aún más al menor, dice la profesional.
Agrega que en esta etapa lo más conveniente es que los padres apoyen al niño lo más posible en sus tareas, supervisándolo e interesándose en sus tareas y estudio.
Y, en caso de no contar con tiempo durante el día o los fines de semana, sugiere contratar a un profesor particular o un psicopedagogo para que lo asista. "Además de resolver la dificultad, los ayudará a disminuir la ansiedad propia de fin de semestre", sentencia.
Recomendaciones
Pese a que ambas profesionales consideran que las “soluciones parche” no son una ayuda real, la psicopedagoga recomienda:
- Motivar al niño a estudiar fomentándole la voluntad para salir adelante y superarse
- Propiciar un ambiente adecuado para el estudio -con silencio, espacio y luz, entre otras comodidades-, que sea respetado por el resto de la familia.
- Exigir un descanso nocturno adecuado y suficiente.
- Procurar que el menor tenga mientras estudia, pequeños espacios de relajación, a modo de recreo.
- Ayudarlo a organizar su tiempo, considerando espacio para otras actividades.
Apoyarlo en la planificación de su estudio, tomando en cuenta cuáles son las mayores dificultades que presenta en algunas asignaturas y dedicarle mayor tiempo a éstas.
- Ayudarlo a relajarse y a no ponerse más nervioso, señalándole que en caso que no le vaya bien, tendrá una nueva oportunidad, que el próximo año puede tomar más en cuenta los contenidos que le resultan difíciles o resolver las dudas que se presentaron este año.
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- Es importante también, considerar que es el momento para comunicarse directamente con los profesores, para consultar dudas acerca del desempeño del niño y las dificultades que se han presentado.
Finalmente, explica la psicopedagoga, es importante que los padres consideren que su afecto, disponibilidad y tolerancia serán de suma importancia para que el niño sienta que puede contar con sus padres.
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